sábado, 26 de enero de 2013

LOS BUENOS TRATOS


LA MAGIA DE LOS BUENOS TRATOS

En un país de colores
con butacas y botones,
existió una vez un mago
con el pelo alborotado.

Era un mago vanidoso,
despistado y cariñoso,
pero de todos sus hechizos
con conjuros y lechuzas,
tan sólo le salían
unas grandes chapuzas.

El vecindario le pedía
ayuda todos los días,
querían ser felices
y vivir con alegría.

Por más que lo intentaba,
la magia no le ayudaba
y este mago vanidoso
creyó ser un patoso.

Decidido a abandonar
y a retirarse del oficio,
en aquel mismo momento
se le vino a la memoria
un conjuro milenario
con muchos años de historia.

Si quería conseguir
que todos vivieran
en un mundo feliz,
necesitaba ingredientes
con olor a regaliz.

Mientras buscaba
cogió su olla
y con gran emoción,
comenzó este conjuro
en forma de poción.

¡Un poco de jazmín que las tareas te ayude a compartir!
¡Una pizca de sal para poder abrazar!
¡Una ramita de romero para solucionar los enfados con tus compañeros!
¡Unas cuantas setas que te ayuden a dejar atrás las rabietas!
¡Unas migas de pan para tratar a todos por igual!
¡Un calabacín que te ayude a sonreír!
¡Con una hoja de acebo, se te quitará el miedo!
¡Con un pedacito de queso podrás repartir miles de besos!
¡Un par de boniatos para los buenos tratos!
Y por último, ¡regaliz que te ayude a ser feliz!

Este mago vanidoso
ya dejó de ser patoso.
Agita la varita
con buen trato y con cariño,
repitiendo estas palabras
lanzándonos un guiño:
ABRACADABRA,
ABRACA-DÚ,
si crees en la magia,
la magia eres tú.

Autora: Zahida Rodríguez

Poema  extraído de:

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